martes, 14 de diciembre de 2010

MI PREGÓN


Aún resuenan los ecos en mi cabeza de una noche clara de primavera, donde un año más se cumplía mi liturgia, la de los míos, la de la leyenda de la perla negra!!!

Un año más se agiganta la sombra alargada de un Rabí, que navega nuestros corazones y al que robamos por una tarde, para devolverlo sano y salvo aquí, a su casa. La leyenda nos precede en este mar que es este mundillo que nos rodea durante todo el año a todos.

Mi mayor alegría pertenecer a esta tripulación, mi principal privilegio, trabajar sacando al Hijo de Dios, mi fortuna, la de haber nacío bucanero por la gracia de Dios, para poder trabajar los navío con ustedes; con aquellos que me quieren, con los que me dais el privilegio de contaros, esta noche, la magia que embruja a los enamorados de este trabajo, el de ser piratas de un galeón robacorazones, que a mí, hace tiempo ya que me hundió en el profundo mar de esos ojos verdes que nunca dejan de pedir por la gente de abajo…

Nunca he explicado, o por lo menos pocos saben, mi historia con la Perla. Mi historia comienza una noche en la que tenemos que hacer una larga travesía para embarcar nuestra nave desde los confines de esta mar en calma que es nuestra ciudad, ya que yo errante de mi, me encontraba sin tripulación y no sabía, ni estaba seguro de donde enrolarme. Bueno si estaba seguro, pero no sabía como. Así que me presté de tripulante o grumete para ese pequeño viaje.

Las cosas del destino, se fueron alineando y un viejo amigo, habló por mí para formar parte de la mejor tripulación del mundo. Gracias Manuel, por haberme abierto las puertas de la gloria. Mi amigo, que de siempre ha sido un referente para muchos de nosotros en esta hermandad, y para enseñarnos una cosa:

“El que está ahí en el Sagrario, es Dios, y al lado de él su hijo, el Rabí que habitó entre nosotros…que grande eres Manuel…

Porque mi locura y la de otros, se basa en solo una cosa: el veneno que es ver aparecer por cualquier esquina, mi buque, mi galeón, La Perla Negra, con nuestro más preciado tesoro que es mi Cristo.

La locura de querer formar parte, de una gran familia costalera, como dice mi primo Delfín; o con la dicha de pertenecer a un grupo de amigos que mejor o peor, paseamos al Señor como un día un gran hombre bueno nos inculcó:

-Recuerdo que eran un poco más del medio día. Era un día esplendido, la gente rebosaba por todas las calles, exploraban las distintas collaciones con la fé y la esperanza que mueven a un niño un día de reyes. Sobre nuestras cabezas y delante de la efigie de niño Ricardo, se alargaba una sombra, capaz de ensombrecer cualquier atisbo de duda que se nos pudiera pasar por la cabeza.

Era su primer discurso a la cuadrilla…Yo acostumbrado a grandes mítines de Capitanes que ensalzaban la guerra, la batalla, el arrojo, la valentía… el se dedicó a contarnos su vida…

Nos abrío su corazón, a nosotros. Una tripulación a la que recien conocía, a la que el consideraba ya suya, a la que no podía ver de otra manera como su nueva familia.

Nos habló de grandes proezas, de victorias inconmensurables, de vivencias inolvidables, pero todas ellas del corazón. Nos contó cómo quería que llevásemos el navío… con el corazón...

” A mi me gustaría que pensarais por un momento, que vais a llevar a pasear a vuestro padre el Domingo. A mí me encanta cuando mis hijos vienen y vamos a dar un paseo todos. La alegría que me da a mí es la misma alegría con la que Ese que está ahí nos va a esperar para enseñarle esta, nuestra Sevilla. Con la alegría de un chiquillo tenemos que sacar a pasear a papá.”

A papá, que cosa más grande, a papá!! Nunca nadie, en mi hermandad me había mostrado tanto que ese hombre en ese momento. Tuvo que venir un Capitán, a enseñarme la verdad, mi verdad: No existe una tripulación mejor que la mía, ni mandos, ni legiones, ni guerreros con fuerza espartana, ni sangre de colores diferentes a los nuestros… porque pocos fueron los capaces de enseñar el camino: humildad, trabajo, esfuerzo y valentía…que grande mi tripulación y que grande su Capitán…

AAAhhh y locura, cuanta locura inculcada, bendita locura la nuestra…todo esto se ha ido gestando a golpe de corazón, ni más ni menos. Sólo el corazón lo puede todo y a nosotros de eso nos sobra, de verdad no os lo creeis, esperad un momento…

Pensad como hacemos para que, en un momento de locura, no agachachemos la cabeza y entreguemos la cuchara. Yo os lo voy a explicar…mirad a las personas que tenéis a vuestro alrededor, ¿los veis?…si no fueran buenas y no tuvieran ese algo especial, porque pasar este rato con ellas?? Porque tomarse una copa hoy, o el día 24, o el 31? Son días para estar con la familia no?? Y porque lo pasáis con ellas…

Todo tiene una explicación y es que ellas siente los mismo sentimientos que tu, sienten la misma fuerza que tu cuando se meten debajo de la Perla, porque dan lo mismo que tu, hacen los mismo gestos y piensan igual que tu…entonces que magia envuelve a la Perla para que seamos los que seamos y estemos quienes estemos, su bendita locura nos haga vivir momentos inolvidables entre nosotros…es mágico verdad??



Como mágico han sido todos los años que hemos pasado debajo de este galeón y los que nos quedan; como mágicos fueron los momentos de Corpus que hemos vivido…que inolvidable mañana, bendita vuestra manera de hacer las cosas. Como mágica fue la primera vez que hice la Avenida, o la Cuesta del Rosario a los sones de la Obra de Cigarreras o la entrada, ya echando el último empujón para decirle a Sevilla, hasta el año que viene…
…pero mi verdadera debilidad la encuentro cuando tengo la dicha de hacer la Salida…doy el miting, si si doy el miting…todos los años lloro, y sabéis porque? porque me acuerdo de todas las cosas que nos dijo Rafael esa bendita mañana de Domingo de Ramos…recordad una cosa que estamos paseando a Papá…y no puedo evitar llorar como un chiquillo de alegría por lo que esta por venir…

Considero tan grande ese momento y ese día porque, para mí no existe otro tan bonito como este. Os habéis detenido a pensar en un momento que dichosos sois por navegar en esas aguas con esta nave?? Es la primera que van a ver algunos niños en su vida, la cara que anhelan los mayores de la collación, el misterio que encierra la verdad del cristiano...

La Perla Negra no es sólo un paso, es un estilo de entender la navegación por la vida y es sobre todo una cuadrilla.

Existe por ahí una leyenda de un bucanero, también con sombra alargada, que acaudilla las huestes de este navío, que nos invita a pasar el resto de nuestras vidas, bajo el dominio de esta embarcación. Su leyenda se ha forjado a base de bien en las aguas de todo el mundo; su ley y su credo, el manifiesto pirata.

Del tal palo, tal pata de palo, porque a este si tuviéramos que hacerle una pata de palo, íbamos a tener que llamar a los hermanos delgado, no vea!!!

Y su maestro y el nuestro, nos ha dejado una leyenda imborrable en nuestro corazón, teñidas de tintes épicos y lecciones de humildad y corazón; una historia de guía, de CAPATAZ con letras mayúsculas, escritas en dorado en la historia de esta Sevilla nuestra y que pasará a los anales como uno de los capataces de leyenda, esa que ha acrecentado LA LEYENDA DE NUESTRA PERLA.

2 comentarios:

costalero gruñón dijo...

Grande Puli, grande...casi tanto oo tú. Lo de la Perla Negra me gusta, porque me recerda a algo que quise mucho.

Un abrazo desde Granada

Mirando al Cielo dijo...

Eso ha salido de ti hermano, ese nombre es mucho para tí y ahora para nosotros...A ver cuando vienes a la Perla Negra, aqui en Sevilla...un beso enorme