LA VIDA QUE VA Y VIENE...

Ya hace más de un año que no escibo en mi blog y este día de melancolía me ha dado para muchas reflexiones, para saborear lo pasado en estos grandes días que Sevilla nos ha dado.

Muchos han sido los sentimientos acumulados durante el año en este díscolo coco que Dios me ha dado, pero mi corazón ha pasado grandes momentos junto a los míos. Hemos dejado atrás la agonía ya lejana de un Viernes de Dolores muy distinto a los que habíamos vivído hasta el momento. Grandes andanzas el Domingo de Ramos, cuando unos pocos locos nos dispusimos a demostrarle a Sevilla que el Divino Rabí vive en la Calle Sol. Momentos inolvidables y añejos que huelen a Gloria un Jueves Santo que volvímos a convencernos de que los flamencos somos así y que nuestra pequeña madrugá se vive de otra manera en la Plaza de los Carros...gracias Ale por hacer de Capitán de una nave, vuelta loca con su Cristo.

En definitiva que por un lado o por otro, hemos vuelto a resurgir de nuestras cenizas y hemos demostrado a todos que los que estamos chalaos de verdad, lo damos todo porque Sevilla siga diciendo que tenemos una gran Semana Grande.

Me quedo con muchas cosas, pero como los momentos que he pasado con la gente de abajo no los cambio por nada...fijaros hasta donde llego con esto, que el mejor momento lo pasé anoche viendo a un pequeño con corazón de gigante aguantando una garra que no tocaría el suelo hasta el mármol de Valflora...gracias compadre por el momentazo de Viernes Santo que me hiciste pasar.

Lo que prefiero olvidar ya os lo hiré contando más adelante pero no me gustaría terminar sin antes dedicarle unas palabras a mi Capataz que se ha retirado este Miércoles Santo. Nada tengo que deciros a los que ya habeís trabajado con él, y a los que no, lo siento por no haber tenido ese privilegio...se va uno de los antiguos y eso es una pérdida enorme para la gente de abajo. Gracias Maestro por habernos transportado a otros momentos de la vida cofrade, gracias a todos por esta Semana Santa inolvidable.

Mi Flamenco de la Calle San Luis pondrá la guinda al pastel, y el que no vaya a verlo es que es de Cuenca miarma!! (Sin acritud a los conquenses).

Un saludo a vuesas mercedes y Dios os bendiga a todos por igual.